Lleida

Capital de la comarca del Segriá, la ciudad de Lleida es la segunda capital catalana con mayor número de habitantes después de Barcelona.

Los orígenes de Lleida nos remontan a la Edad de Bronce. Desde el siglo VI a.C., la zona fue ocupada por los ilergetes, un pueblo íbero que residía en un núcleo denominado “Iltirta”. Con la llegada de las regiones romanas la zona es conquistada, recibiendo el nombre de “Ilerda”. Los visigodos pasaron a denominar la zona desde el siglo IV hasta el año 714, cuando es invadida por los musulmanes. Comenzó entonces un periodo conflictivo para Lleida, debido en cierto modo a los continuos ataques por parte de los francos. En 1149 la ciudad se rindió a las tropas cristianas de Ramón Berenguer IV de Barcelona. Los siglos posteriores estuvieron determinados por las guerras y epidemias que prácticamente destruyeron la ciudad por completo, principalmente después de la Guerra de sucesión española. La ciudad volvió a sufrir un asedio durante la invasión napoleónica y en la Guerra civil fue bombardeada.

A pesar de los continuos conflictos que padeció la ciudad, en el último siglo ha conseguido expandirse y reconstruirse hasta ser un centro de referencia en España. De toda su historia nos quedan rincones como el Castillo templario de Gardeny, que data del siglo XII, o el Castillo andalusí de La Suda. También el Palacio de la Paeria, un conjunto románico que ha sido restaurado y reformado que actualmente alberga el Archivo Municipal. Finalmente, mencionar la Catedral de la Seo Vieja, que en su origen fue un templo paleocristiano para más tarde convertirse en mezquita y finalmente en un edificio cristiano de nuevo.

Lleida posee unos grandes espacios verdes, naturales. Principalmente, la ribera del río Segre se ha convertido en un lugar de ocio y disfrute. Esto, combinado con su rica gastronomía, hace de Lleida un lugar ideal para escapadas interiores.