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Fundada en un paraje natural inigualable, entre los ríos Huécar y Júcar, Cuenca está declarada ciudad Patrimonio de la Humanidad. Su monumento más famoso es las Casas Colgadas, literalmente «colgadas» sobre el río Huécar. Se piensa que son de origen árabe y están datadas en el siglo XIV. Actualmente albergan el Museo de Arte Abstracto Español.
En la plaza mayor de Cuenca se encuentra la catedral de Santa María y San Julián, cuyo canon arquitectónico podría incluirse en la corriente gótica de los primeros tiempos de este estilo. Sus trazas son muy similares a las de catedrales francesas como la de París.
Los rascacielos de San Martín son otro de los atractivos turísticos de Cuenca. Se trata de unas casas típicas conquenses que cuentan con hasta diez pisos de altura. Su construcción se llevó a cabo entre los siglos XV y XIX ante la necesidad de crear viviendas debido a un importante crecimiento de la población. A estas singulares viviendas típicas de la arquitectura popular conquense se accede desde la colorida calle Alfonso VIII.
La Torre de Mangana, cuyo reloj marca las horas en la ciudad, está construida sobre el lugar en el que se encontraba el antiguo alcázar árabe. Restaurada en diversas ocasiones, algunos historiadores piensan que podría ser parte de esa antigua residencia de un gobernador musulmán.
En la parte más alta de Cuenca se encuentra el arco de Bezudo, una de las antiguas puertas de entrada a la ciudad. En sus aledaños pueden aún apreciarse los restos de la muralla de la ciudad y de una fortaleza.
El puente de San Pablo es uno de los lugares más simbólicos de Cuenca. Se trata de un puente de hierro del siglo XIX que cruza el río Huécar. Esta construcción de estilo industrial sustituyó a una primitiva en piedra, erigida en el siglo XVI con la finalidad de unir el convento de San Pablo con el casco urbano.
Otro lugar monumental de Cuenca es la plaza de la Merced. Las fachadas barrocas de sus edificios la convierten en una de las más bellas de la ciudad.
La ciudad guarda también secretos como los túneles de Alfonso VIII, un refugio antiaéreo de la Guerra Civil, y otros muchos pasadizos subterráneos que también cuentan la historia de Cuenca. Para el ocio y la cultura existen distintos lugares en la ciudad como el Museo de Cuenca o el Museo de las Ciencias de Castilla-La Mancha. También, durante un paseo por Cuenca podemos apreciar el pintoresco arte urbano del barrio de San Antón.
De la gastronomía conquense destaca la torta alajú y el morteruelo, un paté caliente de carne de caza.
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Descubre Cuenca, la ciudad de las Casas Colgadas. Con un Casco Histórico encantador y único como lo es su paisaje. Su Catedral es la primera que se levantó en estilo gótico en Castilla-La Mancha.
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